Estos días de cuarentena nos llevan a enfrentarnos con situaciones nuevas.
A ampliar nuestros recursos y replantearnos el uso de los que ya tenemos en esta convivencia y las relaciones que se dan en ella.
A relacionarnos con la idea de límite como algo vivo, contenedor de un proceso de vida en constante cambio y crecimiento, acogiendo necesidades de niños y adultos.
Ello requiere de una escucha constante, un aceptar que a veces no se sabe, un autocuidado, un poder expresar-se, llegar a acuerdos, reconocer en determinados momentos los propios límites, apostar por la autonomía...
Gracias Laura por abrirnos tan generosamente las puertas de tu casa y dejarnos observar un pedacito de la vida que hay en ella.